domingo, 10 de diciembre de 2017

Falta de anestesiólogos: un grave problema sanitario

Falta de anestesiólogos: un grave problema sanitario

La falta de anestesiólogos en los hospitales públicos es un grave problema asistencial cuya solución debe ser buscada con urgencia entre los integrantes de todos los sectores comprometidos.

Los problemas que provoca esta carencia son múltiples y algunos de graves consecuencias:

Está en juego la salud y la vida de la población que se asiste en los hospitales públicos

     Demora en la aplicación de todos los tratamientos con indicación de anestesia general, ya sean cirugías mayores o procedimientos diagnósticos y terapéuticos como endoscopias, cateterismos, tomas de biopsia, punciones, etc. Esto ocurre tanto para niños como para adultos.
     Demora que altera la indicación médica, con un matiz discriminatorio en el acceso a la anestesia, aplicándose al más urgente o sin evaluar pronósticos de sobrevida o al paciente recomendado. La falta de anestesistas con cargos de planta atrasa toda la cirugía programada.
     Aumento de los conflictos legales en la profesión médica por mayor número de acciones judiciales que no sólo incluyen al anestesiólogo sino también al médico que atiende al paciente y debe justificar esas irregularidades.
     Situaciones que determinan aumento de la violencia contra los médicos, motivo por el  cual reclaman las asociaciones médicas gremiales, quienes se preocupan poco por corregir las condiciones laborales que generan violencia dentro de los hospitales. Esto suma a la carga de responsabilidad del trabajo habitual un stress perjudicial e innecesario. 
     Las condiciones laborales actuales atentan contra un trabajo eficiente y satisfactorio. La falta de personal, el atraso en los nombramientos, la precarización en la designación de los profesionales (exceso de nombramientos con carácter de suplencias) y la falta de una retribución justa y acorde a la exigencia y responsabilidad son las principales armas que utiliza el GCBA para provocar el vaciamiento de los hospitales.
     No se evalúa la consecuencia económica que representa para la sociedad y el individuo la enfermedad de un miembro de la familia y más si es un trabajador, al cual a su enfermedad se agrega atraso en el diagnóstico y tratamiento, internaciones innecesariamente prolongadas con las complicaciones que sabemos pueden acarrear (ej. infecciones intrahospitalarias) y demora en el reintegro a su vida normal.

La comprensión del problema es clara pero su solución es compleja. Sin dudas requiere medidas de fondo de parte del GCBA por su doble condición de ser el encargado de garantizar una salud justa y accesible a toda la población como establece la ley y por ser el empleador de los trabajadores que se desempeñan en la salud pública.
La Legislatura a través de la Comisión de Salud poco ha podido hacer al respecto y debe abocarse al conflicto. Igual suerte han corrido las asociaciones médicas con representación gremial, Anestesiología y AMM, que hoy permanecen silenciosas ante el problema.
Hace cuatro años se tomaron algunas medidas que no cumplieron su objetivo; el problema se ha agravado por lo que debe abrirse una discusión en la que tienen que participar también los profesionales con el objeto de buscar soluciones definitivas.
Es decir, hacer un programa de Salud Pública que jerarquice y priorice este principio fundamental de la constitución de nuestra sociedad, cambiando los pobres resultados de las estructuras actuales y mejorar las condiciones laborales para todo el personal de Salud.
Este análisis lo hizo el Frente de Recuperación Gremial en diciembre de 2012 y no ha mejorado a la fecha.
Lamentablemente esta situación junto a otras que merecen un examen más amplio, complica aún más la atención de la salud de la población de todo el país.

Dra. Ana Martínez
Hospital Fernández
FRENTE DE RECUPEACION GREMIAL
DICIEMBRE 2017

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